Hoy por fin tuve tiempo de sentarme a leer una carta de crítica a mi columna que llego a la editorial de REVISTA C, así que me dispuse a leerla. El título de la redacción es "El Rosa me Aburre" del escritor Saúl Hernández. Yo no puedo publicar dicha nota, por respeto al creador, pero si hubiera un blog donde ustedes puedan leerla, después lo pondré.
Hoy creo que iniciaré el debate entre nosotros, en lo personal no creí necesario escribir una contestación a tal nota porque ambos compartimos editorial, por ahora, pero es necesario contestar a una carta que de por si se oye malinchista desde el título.
Hay cosas en las que concuerdo con Saúl, hay otras en las que la posibilidad del diálogo se agota, él habla de televisión, empleos, crisis social, respeto, tolerancia y de una globalización cercana. En mi columna de REVISTA C # 11, Octubre 2010, hable de los festejos del bicentenario y de lo significativos que deberían ser para los mexicanos, dejando de lado esos problemas que de verdad obscurecen nuestra identidad, sin embargo yo nunca hable de dejar de ser críticos y exigirle al gobierno cuentas de sus errores. Hable de la falta de cultura de quienes critican la celebración y hable de lo primordial que es conocer la historia de México para poder celebrar con amor.
En ningún momento hable de perder el asombro, de dejar de luchar y perder el ojo crítico ante los problemas relevantes que enfrenta el país. Si bien la columna pudo ser un golpe para alguien; no era en especial a aquellos que criticamos y cambiamos la visión de las personas. Es verdad que por mi parte el trabajo social ha estado presente, es cierto que tengo apoyo local del presidente municipal para seguir con mi trabajo y también es cierto que no conozco todo lo de mi país, porque me siento atraído por la Rusia Imperial.
Pero es importante reconocer esa pequeña pizca de incongruencia en la redacción de ésta carta al decir "Somos una sociedad globalizada y que aquel que diga que es orgullosamente mexicano es un mentiroso y para corroborarlo solo denle una vuelta a su closet, refrigerador...". Si es cierto cada vez en México hay más cosas extranjeras en nuestra ropa, en nuestra forma de comida y en nuestro propio lenguaje. Pero ¿Qué esos no son estragos de la Globalización? y es que no me imagino a Rusia, perdiendo su identidad comunista con una boutique CHANEL en plena Plaza Roja, Lenin se vuelve a morir al ver eso.
No hay que perdernos en los comentarios, la aculturación es parte de las sociedades, es como la materia; no se crea ni se destruye, sólo se transforma; así de simple, como decir que nuestra sociedad cambia. México hoy merece reconocer el pasado para poder transformar su futuro, tomar el ejemplo de otras culturas para superarse y enorgullecerse de su gente para liberarse.
