sábado, 16 de abril de 2011

Análisis comparativo Hamlet vs El Rey León

Aunque en esencia conocemos que las historias de ambas películas se amortiguan en un mismo proceso de referencia, los componentes dramáticos, contextuales y los procesos de conexión son muy diferentes.


Es obvia la forma de tratar ambas historias, pues los públicos a los que se refiere son completamente distintos, se encuentra el miedo y el desapego emocional de los padres en juego, el rol familiar y el cariño de hijo hacia la madre, que no debe ser perdido en la infancia y que es tratado de forma distinta en El Rey León a diferencia de Hamlet, en la que el rol de madre es quebrantado por la emotival forma de egoísmo y la racional forma de pensar en el bien propio.


En el marco general se habla de la relación familiar, los lazos que se rompen por mero interés y de las consecuencias que se puede tener en ciertos casos, pero el diálogo en Hamlet es cansado, la utilización de la metáfora en el lenguaje burdo, constituye una pieza importante de desapego cultural, aún basada en la misma obra de William Shakespeare, Hamlet propone abordar la historia en una trama un tanto mental en la que la mente de los personajes es retorcida, cambiante y combatiente frente a sus sentimientos. En tanto en El Rey León, los sentimientos de irá, rabia, enojo, frustración y tristeza se fortalecen con lagrimas, llanto, furia y acciones precedentes a cada sentimiento aflorado en el pensamiento de cada personaje. Es claro identificar el objetivo, pues de cierto modo, la niñez debe explotar las emociones, hacerlas sentir y saber para que sean voces escuchadas por los padres, en loq ue nuevamente regresamos el público al que van dirigidos cada uno de los diferentes materiales cinematográficos.


Por eso mismo la historia mantiene una esencia emocional en ambas, un mismo rubro de la desconfianza familiar, de la ambición y lo que ese mismo sentimiento puede generar en la mente de las personas adultas, los sentimientos por lo mismo son diferentes, pues los mismos personajes juegan en edades distintas, lo que nos pone a pensar en la cordura, en la coherencia y en la responsabilidad de cada uno, al ser diferentes edades contrastando, el diálogo es diferente, la mente es de igual manera referente de las acciones que se contraponen, no me imagino a Hamlet utilizando en llanto como Simba para referirse a su tío en la película, cuando el mismo utiliza las palabras como diálogo psicológico para emanar los referentes emocionales de los personajes que lo rodean, por lo que es interesante el manejo de lenguaje, nunca se podrá comparar la experiencia de diez años más de edad o experiencia entre personajes y diálogos, pues esa misma diferencia de edad la que debe dar responsabilidad, coherencia y sabiduría al momento del intercambio y retroalimentación, pues cuando se pierde esa razón de edad, se pierde en deliberada magnitud el respeto al público y al contexto que se vive dentro de cada época.


Así que por ende las enseñanzas son distintas en ambas películas y de igual forma propinan un entendimiento diferente entre lectores visuales, cada idea expresada en cada uno de los materiales es por cierto diferente a cada público al que se dirigen, así que no se puede quebrantar el objetivo para el que fueron creadas las mismas obras.

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