En el tema de las
escuelas es poco probable que no se mantenga la conversación del
fenómeno Bullying o acoso escolar que hoy en día se ha vuelto un
problema de convivencia entre los alumnos y un caso extremo de
justicia para los acosados.
Hoy en día según cifras
de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), cuarenta por
ciento de los alumnos de escuelas públicas o privadas han sufrido de
agresiones o maltratos por parte de compañeros. Una cifra alta que
tiene sus efectos drásticos en la sociedad como los suicidios o la
deserción escolar que a su vez deja otras brechas generacionales a
su paso. Y es que muchos de nosotros hemos sido parte de éste
fenómeno, participando o simplemente observando, no dejando exentos
a los miembros del sistema escolar que juegan gran parte del mismo
abuso. Como aquellos “profesores” que señalan a un compañero
por vestir o actuar de tal modo o aquellos que incluso agreden a los
alumnos por no ser igual de avanzados que los demás miembros del
grupo. Exhibición y hasta exclusión de miembros de la sociedad
estudiantil por sus recursos, sus modales y hasta sus valores.
Dejando en claro que ser
“normal” y no llamar mucho la atención es lo correcto para
sobrellevar la vida en una escuela. Casos poco conocidos pero que son
severos o aquellos que pasan por debajo del agua porque la violencia
se ha estandarizado tanto en el país que ya se nos ha hecho normal
un jalón de cabellos, un escupitajo, un zape o esconder las mochilas
a los compañeros. Pero sin duda violencia que perjudica la vida
estudiantil. En otros casos podemos encontrar niñas que mandan
cartas anónimas de amenazas realmente graves como muerte o golpes,
incluso casos de niños o jóvenes que han tomado pastillas, ingerido
limpia cañerías o ahorcados y que los padres nunca supieron el
porque de la reacción, sino hasta después de sucedida.
La comunicación es la
base para la detección oportuna de estos casos, incluso de aquellos
en los que los profesores, prefectos, intendentes o directivos de la
institución son parte u omiten una pronta intervención. Es claro
que se debe reaccionar ante el fenómeno, hoy en día Youtube es un
canal en el que los usuarios han ejercido el Bullying de manera
cibernética y en el cual la violencia gráfica es explícita y se
debe controlar lo antes posible para no seguir viendo vídeos como
“pelea
de chavos dela general 5 de tizayuca”. Es
claro que se debe de erradicar poniendo una concordancia clara entre
las autoridades escolares y las de gobierno, sanciones e
investigaciones que se lleven a efecto hasta descartar nuevos casos.
Pues es claro que si no se garantiza la seguridad en las aulas, no se
podrá garantizar cuando esas generaciones, que hoy día se
acostumbran a las diferentes caras de la violencia, lleguen a las
calles .
Es
por eso que actuar debe ser una prioridad de la Secretaria de
Educación Pública y por supuesto tener maestros comprometidos con
la vocación y no profesionistas que al no encontrar trabajo en su
área deciden lidiar con la cátedra. Sin duda un problema complejo
que requiere una intervención pronto y adecuada a las necesidades de
la seguridad escolar.
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