sábado, 7 de julio de 2012

Crónica de un Ajedrez

"Hablar de personas, es hablar de personas muertas"; escucho al lado en una de las sillas de esa congregación de mentes e ideas. Todos muestran apoyo a aquel hombre cuya figura parece incorruptible y de un verbo casi impecable. Todos muestran esa cara amable y orgullosa cuando los mira de frente, pero detrás se oyen rumores de sus malos actos, obras privilegiadas,  incluso estafa a personas con algún tipo de necesidad y ni hablar de su esposa, quien en realidad muestra señas perfectas de carecer de actitud y carácter con la gente.

Las enemistades son del día a día, incluso siendo colaboradores del mismo color, alzar la voz te hace mucho más creíble para los demás; incluso si lo que dices es una estupidez. Las reuniones y los acarreados nunca faltan, preparar las tortas y tamales, hacen del grupo de señoras una especie de alquimistas que otorgan satisfacción por la espera de al menos dos horas a que una platica casi tautológica termine. No importa el frío, las sillas o estar parado, tampoco importan de mucho las necesidades físicas o de entretenimiento, las señoras se olvidan de sus telenovelas o series de televisión con tal de estar "apoyando" a quien será su futuro presidente municipal.

Afortunadamente las elecciones internas no dependen de la fuerza política que cada candidato pueda tener, la decisión puede venir de las altas esferas del poder o en su defecto de los miembros activos, adherentes o de los asesores morales de cada institución política. Tras el infortunio de perder al candidato subjetivamente más capaz, los ánimos se calientan, las envidias cada vez son mayores y los que se sienten sentados tras una silla de las oficinas presidenciales son cada vez más ególatras y menos humildes en contraste. Las falsedades ahora se inclinan por quien será el representante de cada color, a pesar de que los gallos terminaron muertos en el ruedo, los huevos criados le son fieles a la nueva mano que tira el maíz.

Comienzan los preparativos para arrancar las acciones de campaña, los slogan quieren salir a pelear por sí solos, las playeras listas para vestir aquel cuerpo pasado de peso y las gorras que nunca aparecen son lo de menos, mientras haya piel que se pueda quemar con los rayos del sol. Los motores de las camionetas son diminutos al lado de las voces y pulmones que parafrasean oraciones entonadas que evocan al desprestigio o a la alabanza de cierto personaje. Las secretarias hechas un caos mental, corren de un lado al otro, tratando de mantener el orden que poco a poco comienza a evidencias su ausencia. De los coordinadores salen frases y decisiones que se alejan de la realidad, el comienzo del declive es cuando al mirar a una pared encuentro una hoja de papel; evocando una frase anónima o quizás de autoría de alguno de esos coordinadores; en la que se menciona que, "lo que menos importa en una campaña política es lo que se dice"; yo agregaría que lo más importante es por qué y para qué decirlo, si eso no importa.

Por el contrario esa hoja no desaparece de la pared ni aún después de los comicios electorales, los objetivos de la campaña son nulos, incluso las acciones y la agenda es nula en comparación de las demandas ciudadanas. La diferencia puede radicar en ese objetivo del lenguaje y la comunicación. Pero por el contrario aquellos asesores, coordinadores y elementos indispensables de la campaña se muestran dispersos, comprados, enajenados a hacer del circo político un safari de reventón. Las reuniones son nulas en algunos lugares, aunque inesperadamente son en donde el voto fue mayor, por el contrarios las reuniones con un gran número de personas son las menos apreciables para los coordinadores y para el mismo candidato. Poco a poco los problemas alcanzan los oídos de los miembros influyentes del partido, es momento de intervenir antes de que una catástrofe se aproxime; a viva voz los reclamos y las indirectas controlan la opinión del público; la centralización de una tema polariza a la planilla entera, las opiniones se difieren en un mismo tema del que no se logra salir hasta avanzado el tiempo, dos semanas cuando menos; aunque el tema en realidad nunca sale de la mente de cada integrante de la planilla. Avanzados los días, los problemas de objetivos nuevamente son reflejo de la falta de capacidad de los coordinadores, las vías alternas parecen agotarse para ellos, su mente se centra en el primer objetivo y como gatos caseros, una vez perdido el objetivo su mente se centra en otra cosa. Tener dos planes se les dificulta, tener dos opciones implica pensar de más, tener más de un dado que tirar es suficiente para casi llorar por no conseguirlo. 

Las trampas sucias del verdadero enemigo obligan a neutralizar los problemas internos y unir más a los posibles ganadores del primero de julio. Los milagros que se hacen desde afuera intentan calmar aquellos quejidos que provocaron en otros menos importantes pero que al final posiblemente se retiran del apoyo, con el fiel compromiso del voto (yo lo dudo). Candidatos a Senadores y Diputados mueven sus cartas, su gente y sus ánimos hacia lugares que jamás antes habían visitado y se desplazan creando nuevas rencillas por la aportación de capital a ésta una campaña que a estas alturas se cree ganada. El músculo de votos es amplio para los dos partidos políticos que encabezan la preferencia del electorado, en todas las comunidades los representantes hacen su mejor tarea. En las visitas casa a casa hay emociones, hay opiniones, hay insultos y respeto para todos, parece que el objetivo de decir mucho sin importar qué se dice tiene frutos maduros y positivos.

El desprestigio juega una forma más de llegar al voto indeciso, no así el fondo significativo de servir; mucho en su mente corre la idea ya de comprar cosas de tener una vida mejor. Se ciegan y cuando es momento de cambiar las cabezas de quienes dirigen el rumbo de una campaña, la misma venda obstruye su visión objetiva. Mover las cartas adecuadas y presionar a los altos mandos se obstaculiza por berrinches individualistas, se hace lo humanamente posible dejando de lado hacer lo humanamente imposible y eso pesa en el final. El derroche monetario y la preferencia de personas involucra gastos no pensados que no significan nada para poder atraer a esos votantes que se alejan y se creen ganados. Casi al final se cree que se han ganado las batallas que dispersaron la atención del comienzo, pero en las boletas siguen apareciendo nombres que no son muy cómodos para la militancia. Otros factores se juegan y se arriesgan, hacer caso a la caprichos endurece el visto malo de la gente, incluso de aquellos que se tienen seguros. Haber navegado con bandera blanca, pero tener escondidas las de pirata fomentan el descontento, las personas comienzan a sospechar, se involucran demasiado y abrirle paso a los resentidos obliga que las personas se alejen, comenten y destruyan gran parte de la ventaja obtenida hasta entonces.

Las cosas avanzan y el mes y medio que se tenía para hacer cosas termina muy pronto se vislumbra una marcha en contra de los gobernantes cerrando por al menos tres horas la avenida principal de la cabecera municipal y a pesar de no estar de acuerdo con la situación y la idea de hacer tal escándalo, la movilización es un éxito, hasta éste momento se pudo gritar, enojarse por tres años de atraso, los uniformados salen con camisa rota y la puerta de la presidencia por poco se destruye. Los gritos se hacen más fuertes cuando el domo principal del edificio hace eco, las consignas en contra ayudan a que los más aventados se unan con la causa y la dignidad de los trabajadores ahí dentro, se quiera o no, se vio amedrentada. Un logro que contar y una manera más de unir, pero también una manera más de hacer víctimas a los victimarios. Con esto se logra la tregua y poder usar la plaza pública de la cabecera, la música, el ritmo, las pancartas, las playeras, los enojos y el ánimo se escucha muy fuerte, todas la voces se unen y se logra un discurso perfecto, incluso la lluvia motiva a sentir los aires de ganadores. La plaza que lucia llena se dispersa, todos en los portales protegidos de la lluvia, la comida inagotable se termina, hoy terminó la agonía, sólo se espera el momento cumbre, el voto.

Son sólo tres días los faltantes, se empieza a organizar la brigada de "caza mapaches", las capacitaciones para la jornada electoral y el fin de una espera. Las reuniones finales se muestran concentradas en la forma y no el fondo, los objetivos se dispersan, son casi invisibles. Después de la capacitación, los nervios de quienes se encuentran al frente de una casilla son evidentes. La noche previa al primero de julio es tensa, los carros pasan a todas horas, un tope indica que el carro va con mucha gente o sólo con un par de personas dentro, hacer uso de panfletos es nulo, imposible con tal marca personal encima. Dormir es imposible con la información que llega desde los teléfonos móviles, los disparos al aire suenan y uno se estremece, reuniones de personas anticipan la compra de votos, un ruido de láminas cayendo una sobre otra evidencia el material, ¿las fotografías? son nulas, la noche impide sacar una buena toma y al mirar los lentes de las cámaras las personas se esconden, huyen despavoridas como ratas a las personas, hay otros que se ponen fieros como lobos y defienden su territorio con lo que tengan cerca, los más precavidos y audaces cargan pistolas para ahuyentar a los que intentan capturar el instante en el que la entrega de materiales intenta seducir a los que han sido fieles y logran ser astutos al momento del trueque.

El día de la jornada electoral el clima es extremadamente hostil, gran parte de los trabajadores del Ayuntamiento se dan cita en las casillas, listas en mano los representantes de casilla del bando contrario pasan a intervalos de cada hora a más observadores ciudadanos las listas de personas que han emitido su voto, diez minutos después llegan familias completas a votar, desde el más joven hasta los que apenas pueden caminar, muchos entran con niños a sufragar. Una hoja de incidentes es rechazada, incluso evidencia en mano de las listas que pasan a los observadores, mostradas a personal del IEEM (Instituto Electoral del Estado de México), es denegada y a cambio se oye un "No procede". La autoestima decae, la seguridad en ganar el proceso electoral y esperar un progreso evidente en el Municipio se acaban al momento del conteo, la mayoría de votos es para los actores del Tricolor, entre gratos y risas burlonas, no queda más que esperar a firmar los resultados y poder irse del lugar con un semblante desencajado. El fenómeno mediático y la gran cantidad de despensas, material para construcción, así como promesas de puestos, implicaron el deceso de las planillas de otros partidos que no fuesen el Partido Revolucionario Institucional. El fenómeno no es sólo Municipal, Regional o Estatal; sino que a nivel Nacional el PRI ha ganado las elecciones, la duda de las personas que votaron sin necesidad de una despensa o de un compromiso se agotó.

Nuestros errores pudieron ser evidentes, pero la forma de coartar la expresión ciudadana e influenciarla hacía un candidato formaron parte del declive Nacional. Se agotaron las formas legales de impugnar los resultados, se formaron coaliciones para rechazar el resultado y se recabo la información necesaria y a la mano para poder decir con hechos y datos sustentables la compra de votos, las instituciones negaron su veracidad y las tacharon de poca cosa ante el resultado victorioso de tener una jornada electoral intachable. Los ciudadanos cansados de las negativas pudieron agotar todos los recursos legales para desconocer los resultados, pero las instituciones en su objetividad no hicieron el servicio que les corresponde, quinientos votos son imposibles de sacar de la nulidad de seis cientos a pesar que la diferencia entre el candidato ganador y el segundo lugar sea menor a ésta última cifra y aunque por ley se diga que se puede realizar el voto por voto.

Nuestras esperanzas fueron increpadas y nuestro derecho a desconocer el resultado sin una previa revisión de cada casilla también se esfumo. Al interior de la organización hay culpas, malas caras, incluso especulaciones; pero el fenómeno suscitado es evidente, poco a poco las aguas se calman, las personas buscan alternativas para seguir luchando por el bienestar social y no el de unos cuantos o el propio. Paso a paso hay risas burlonas y murmullos, pero los que desean un mejor funcionamiento no esperarán a que el gobierno que nos espera haga su trabajo, muchos son los que trabajarán para construirlo desde ahora aún sin tener la victoria de su lado, el tiempo es como el viento, se esfuma con palabras de enojo dentro de la administración que durará tres años, de lo bueno y más de lo malo que se hace, pero nuevamente llegarán las elecciones y si se realiza la misma compra de votos; la dictadura perfecta habrá ganado ante la opción ciudadana de poder elegir a la izquierda como alternativa de cambio.

El tiempo se lleva las palabras, pero las mentes pensantes recuerdan aún con vientos, huracanes y tormentas que traten de llevarse los recuerdos vacíos de los gobiernos pasados y sus acciones represoras.

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